Un keylogger es una herramienta que puede ser tanto software como hardware, diseñada para registrar las pulsaciones de teclas en un dispositivo.
Esta tecnología tiene aplicaciones legítimas, como en el monitoreo parental o en la gestión empresarial, pero también puede ser utilizada con fines maliciosos.
En el contexto de la seguridad informática, un keylogger malintencionado se instala en un dispositivo sin el conocimiento del usuario, con el objetivo de registrar cada pulsación de tecla y enviar esa información a un tercero.
Esto puede incluir datos sensibles como contraseñas, números de tarjetas de crédito y mensajes personales.
Los keyloggers pueden ser parte de un software más amplio de malware, como troyanos o rootkits, y se instalan en un dispositivo a través de métodos como sitios web maliciosos o aplicaciones comprometidas.
También existen keyloggers de hardware, que requieren acceso físico al dispositivo para ser instalados, como a través de un USB o un conector falso entre el teclado y el ordenador.
Es crucial estar consciente de la presencia potencial de keyloggers y tomar medidas para protegerse, como mantener actualizado el software de seguridad, evitar descargar programas de fuentes no confiables y estar atento a cualquier comportamiento inusual en los dispositivos.
Para obtener más información sobre keyloggers y cómo protegerse, puede consultar recursos de seguridad informática.
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