Optimizar rendimiento disco SSD
Hoy día casi todos los usuarios tienen un disco de estado sólido (SSD) en su ordenador. En éste tutorial os vamos a enseñar cómo optimizar rendimiento disco SSD bajo el sistema operativo Windows 10 de manera que puedas ya no solo optimizar su rendimiento, sino también ampliar el tiempo de vida útil del dispositivo.
Antes de hacer nada, es recomendable tener instalada la última versión del firmware del fabricante de tu SSD, pues como hemos explicado hace un momento una simple actualización puede cambiar radicalmente el rendimiento del SSD, y además maximiza su compatibilidad.
Además de eso, también es importante que en la BIOS tengamos el SSD configurado (asumiendo que está conectado a un puerto SATA de la placa base) en modo AHCI, pues si lo tuviéramos configurado en modo IDE estaríamos perdiendo una enorme parte de rendimiento.
Por último, a la hora de dar formato al SSD para poder comenzar a instalar cosas en él (incluyendo el sistema operativo, por lo que éste ha de ser uno de los primeros pasos) hay que tener en cuenta el alineamiento de sus sectores. Al contrario que los discos duros mecánicos, cuyo alineamiento suele estar en 512 bytes por sector, los SSDs funcionan mejor con un alineamiento de 4 KB por sector.
Asumimos que ya tenemos el último firmware instalado, el SSD conectado a un puerto SATA configurado en modo AHCI, la alineación de sectores configurada correctamente y el sistema operativo Windows 10 recién instalado. A partir de aquí, realizaremos las siguientes modificaciones en la configuración para optimizar el rendimiento del SSD bajo Windows 10.
Desactivar la hibernación
Como sabéis, los SSDs tienen un número limitado de ciclos de escritura. Por ello, es recomendable deshabilitar la hibernación si no la vais a utilizar puesto que Windows escribe la información albergada en la RAM en el SSD cada vez que el sistema entra en éste estado.
Para hacerlo, vamos al Panel de Control y desde ahí seleccionamos Opciones de energía. En la pantalla que aparece, dentro del plan de energía que queráis utilizar hay que darle a Cambiar la configuración del plan. En la siguiente pantalla, seleccionamos Cambiar la configuración avanzada de energía.
Para terminar, buscamos la opción Suspender, la desplegamos y desactivamos la hibernación. Acto seguido, aceptamos todas las pantallas y estará listo.
Desactivar Superfetch
Ésta característica la introdujo Microsoft en Windows 7, y su misión es la de precargar los programas que más se utilizan en memoria para acelerar su ejecución. Esto viene muy bien para un disco duro mecánico, pero en un SSD de alto rendimiento es totalmente innecesario pues estos dispositivos ya cuentan con una velocidad mucho mayor a la que podríamos conseguir de esa manera, por lo que si lo desactivamos no solo liberaremos espacio en la memoria RAM del equipo, sino que también aumentaremos la vida útil del SSD pues no se estará escribiendo información de manera constante en éste.
Para desactivarlo debemos entrar en los servicios de sistema , hay que hacerlo como administrador y la forma más directa de hacerlo es pulsando sobre el icono de Windows y escribiendo directamente servicios (también podríamos pulsar la tecla de Windows del teclado + R y en la ventana que aparece escribir services.msc).
En la pantalla que aparece con la lista de servicios de Windows buscamos Superfetch. Para desactivarlo, hacemos doble clic sobre su nombre y en la ventana que aparece lo detenemos y deshabilitamos.
Desactivar el indexado de la unidad
Indexar la unidad consiste en crear una especie de índice para que Windows sepa en todo momento en qué parte del disco está guardado cada archivo. Con un disco mecánico es muy útil ya que permite que la cabeza lectora vaya directamente al sector donde están los datos que buscamos, pero en un SSD no tiene sentido y genera operaciones de lectura y escritura constantes que penalizan el rendimiento y reducen la vida del dispositivo, por lo que es muy recomendable deshabilitar esta característica.
Para hacerlo, igual que en el paso anterior iremos a las propiedades de nuestra unidad SSD, y en la primera pestaña que aparece desmarcamos la opción Permitir que los archivos de esta unidad tengan el contenido indizado además de las propiedades de archivo. Nos aparecerá una ventana de confirmación, en la que deberemos seleccionar que aplique los cambios a toda la unidad incluyendo subcarpetas y pulsar en aceptar. Comenzará un proceso automático de cambio de propiedades que tarda un buen rato, dependiendo de la velocidad del SSD y de la cantidad de archivos que tengamos en éste.
Desactivar el desfragmentador de disco
Los datos que grabamos en un SSD también se fragmentan y, aunque su incidencia en el rendimiento es diferente a la de los discos duros tradicionales. Los metadatos de los sistemas de archivos mantienen un registro de los fragmentos que forman cada archivo, pero este es limitado. Si se desborda, podrían producirse errores de lectura y/o escritura que terminarían por afectar al rendimiento. Por otro lado, el desgaste del disco en el proceso de desfragmentación en lo relativo a operaciones de escritura no es relevante en unidades modernas y, según los expertos, este hándicap se compensa con rendimiento optimizado y una mayor vida útil.
A partir de Windows 8, Microsoft cambió la palabra desfragmentador por optimizador en Windows 10 lo encontramos Optimizar unidades. Además de la desfragmentación programada el sistema operativo aprovecha cuando no usamos el ordenador (la operación apenas dura unos segundos) para envíar órdenes TRIM a la unidad SSD indicando qué bloques de datos ya no se están utilizando para que se puedan eliminar. Si no se realizará esta operación, Windows únicamente marcaría esos bloques como no utilizados pero esa información no llegaría al SSD y se quedarían sin uso.
Resumiendo, en Windows 10 no es necesario desactivar el desfragmentar y optimizar unidades, si lo haces estas acortando la vida de vuestros SSD de forma innecesaria. La optimización programada es necesaria y recomendable y deshabilitar la desfragmentación implica asumir el riesgo de errores el las operaciones del disco y posibles problemas a largo plazo. Es más que probable que cambies varias veces de equipo antes que una unidad SSD bien mantenida comience a degradarse.
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